Notas Médicas
Enfermedad cardiovascular y regreso de las vacaciones

 

Distintos trabajos epidemiológicos demuestran que en invierno fallecen más personas por enfermedad cardiovascular (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular) que durante el verano. Parte de la explicación podría vincularse al hecho de que algunos factores de riesgo cardiovascular (como ser la hipertensión arterial, el colesterol y la circunferencia de cintura) se encuentren menos adecuadamente controlados durante los meses de invierno que en el verano. No por nada es habitual ver cómo los turnos en los consultorios de nutrición para armar las dietas para bajar de peso crecen exponencialmente en los meses previos al verano.

En un estudio presentado en el Congreso Europeo de Cardiología se analizaron 10 estudios basados en la población de 7 países. Se recopilaron datos sobre los factores de riesgo cardiovascular como los niveles de presión arterial, colesterol, glucosa, índice de masa corporal (que relaciona peso y altura) y perímetro de cintura de 107.090 individuos de entre 35 y 80 años.

Se evidenció que varios de estos factores de riesgo cardiovascular mostraban niveles más adecuados en verano que en la etapa invernal. Por ejemplo, los pacientes tuvieron valores de presión arterial sistólica un promedio de 3.5 mmHg más bajos en verano que en invierno.

Si bien 3.5 mmHg pueden no ser significativos como variación en un mismo paciente, a nivel de toda una población sí lo es, ya que la distribución de la presión arterial se desplaza a valores más altos y, vinculado a esto, se incrementa el riesgo cardiovascular global.
Factores de riesgo como el perímetro de cintura y los niveles de colesterol también eran mejores en el período estival, probablemente relacionado con el hecho de que en verano ingerimos menos calorías y comida grasa, comemos más fruta y verdura, tomamos más agua y al estar más tiempo al aire libre también hacemos más actividad física. A esto se suma que el regreso a las actividades laborales y compromisos habituales, como llevar a los chicos a la escuela y disponer de menos tiempo libre para ocio y ejercicio, aumentan el nivel de estrés y sedentarismo.

Los investigadores resaltaron en este estudio, que los factores de riesgo cardiovascular “se toman vacaciones durante el verano”. Obviamente esto no es garantía de que en verano no haya pacientes que sufren eventos cardiovasculares, sino que la cifra suele ser menor en este período.

Es importante por eso, subrayar la importancia de hacer actividad física todo el año y no estacionalmente y tratar de incorporar hábitos alimenticios sanos en forma regular y no sólo para bajar la panza para colocarnos el traje de baño.

El comienzo de un nuevo período laboral, nos brinda la oportunidad de diseñar un nuevo esquema de actividades que incluya ejercicio regular y alimentación saludable, así como disponer de un contacto con nuestro médico y chequear y controlar nuestros factores de riesgo, pilares fundamentales de nuestra salud cardiovascular.





EL INSTITUTO TIENE COMO PRINCIPALES EJES DE TRABAJO LA PREVENCIÓN,
EL DIAGNÓSTICO, EL TRATAMIENTO, LA REHABILITACIÓN E INVESTIGACIÓN
DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES.