Notas Médicas
La temperatura ambiental y el infarto de miocardio

Una pregunta que recibimos con cierta frecuencia es si el clima influye en la posibilidad de sufrir un infarto de miocardio. Todos sabemos que la presencia de factores de riesgo cardiovasculares como ser el tabaquismo, diabetes, hipertensión arterial, colesterol elevado, obesidad y sedentarismo aumentan el riesgo de padecer un infarto de miocardio. Pero ¿qué tal la temperatura? Se publicó hace un tiempo y se discutió en el último congreso del American College of Cardiology que las fluctuaciones súbitas de la temperatura externa pueden tener un impacto negativo sobre la salud y, además, aumentar el riesgo de padecer un infarto de miocardio. En este estudio con más de 30.000 pacientes con infarto de miocardio a los que se les practicó una angioplastia coronaria para desobstruir la arteria responsable del infarto. Se analizaron las temperaturas del día del infarto y del día previo en el área de cada uno de los hospitales involucrados, los científicos descubrieron que las fluctuaciones en la temperatura de un día para el otro aumentaban el riesgo de infarto. El riesgo aumentó especialmente cuando las diferencias súbitas de temperatura rondaron los 10 o más grados. Por cada 5 grados de oscilación térmica, el riesgo de infarto se incrementa un 5%. El efecto resulta más pronunciado en los días de altas temperaturas. En un día de verano, con temperaturas de entre 35 y 40 grados, los infartos de miocardio podrían duplicarse. Si bien nuestro organismo cuenta con mecanismos para compensar la elevada temperatura ambiental, los niños y los adultos mayores, tienen dificultad en adaptarse y suelen deshidratarse con más facilidad. Si una persona normalmente tiene que beber alrededor de 2 litros de agua por día con temperaturas intermedias, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que se consuma entre 2,8 y 3,4 litros de agua cuando la temperatura supera los 32 grados centígrados.


Los pacientes con enfermedades cardiovasculares crónicas (como ser la enfermedad coronaria), deben tener un particular cuidado durante los días de calor intenso, ya que la sangre fluye hacia la piel para disminuir el calor corporal a través de la traspiración, y aumenta la pérdida de fluidos y electrolitos. Si bien todos sabemos los beneficios que nos aporta la práctica deportiva, la práctica de actividad física extenuante se desaconseja durante los momentos de calor extremo y siempre es importante verificar que estemos en condiciones físicas adecuadas para realizarla, consultando con el profesional de la salud adecuado y haciendo el chequeo necesario de acuerdo a cada caso.

 

 

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