Notas Médicas
Sueño e Hipertensión Arterial

Doctor, ¡vivo todo el día con sueño! Es muy frecuente el comentario por parte de los pacientes casi a diario en el consultorio. Los expertos en sueño recomiendan que los adultos duerman entre 7 y 8 horas cada noche. Se sabe que dormir menos de seis horas es malo para la salud en general. El estrés, los cambios de horario en los que viajan seguido, el trabajo por turnos y otras alteraciones del sueño hacen que sea más probable desarrollar enfermedades cardíacas, obesidad y diabetes. La falta de sueño regular puede provocar un incremento en la presión arterial (hipertensión arterial), tanto en niños como en adultos.

Cuanto menos se duerme, más posible es que aumente la presión arterial. Las personas que duermen seis horas o menos es más probable además que tengan más variabilidad en la presión arterial. Si ya se es hipertenso, dormir mal puede empeorar cuadro de hipertensión y dificultar su manejo médico.

El sueño es necesario para que el cuerpo descanse y recuperemos las energías necesarias para enfrentar el día a día. Si no descansamos lo suficiente inevitablemente estaremos más cansados y faltos de energía y eso facilitará que aumente más nuestra presión arterial. Se cree que el sueño ayuda al cuerpo a controlar las hormonas necesarias para el control del estrés y el metabolismo. Con el tiempo, la falta de sueño puede provocar cambios hormonales como el exceso de cortisol, por ejemplo. Los cambios hormonales pueden causar un incremento en la presión arterial y el desarrollo de otros factores de riesgo de enfermedades cardíacas.

Tampoco sirve intentar dormir mucho cuando se puede para compensar la falta de sueño del resto de los días. Aunque no es tan malo como dormir poco, dormir demasiado puede provocar un aumento en el nivel de glucosa en la sangre y en el peso, lo que finalmente también afectará la salud del corazón en el largo plazo.

Una causa posible y potencialmente tratable de hipertensión arterial causada por falta de sueño es la apnea obstructiva del sueño. Este trastorno del sueño hace que la respiración se detenga y se reanude repetidamente durante el sueño. En general la gente que convive con los pacientes que padecen de apnea obstructiva del sueño describen frecuentes ronquidos e irregularidades en el sueño, con pausas y un arranque súbito de la respiración como con un suspiro. Los que viven solos lo relatan como despertares exaltados y un sueño no reparador y con muchas interrupciones, cansancio diurno, somnolencia y a veces como accidentes de auto por dormirse al volante.

Si se sienten cansados durante el día y con sueño permanente es importante que se lo cuenten a sus médicos ya que existen métodos diagnósticos como la poligrafía nocturna con oximetría o la polisomnografía para diagnosticarla. La apnea obstructiva del sueño podría ser la causa y su adecuado tratamiento podría hacerlos sentir mucho mejor y finalmente también reducir su riesgo cardiovascular.


 

 

 

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EL DIAGNÓSTICO, EL TRATAMIENTO, LA REHABILITACIÓN E INVESTIGACIÓN
DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES.