El ACV (Accidente Cerebro Vascular) es una enfermedad neurológica que ocurre cuando hay un problema vascular a nivel cerebral. Los ACV pueden ser isquémicos o hemorrágicos.
Ocurre una isquemia cuando una arteria se obstruye y como consecuencia de esta
obstrucción, la zona del cerebro adónde iba esa arteria no recibe el aporte de oxígeno y
nutrientes suficientes y sufre cambios que llevan a la muerte de las neuronas. Esto es
similar a lo que ocurre cuando una arteria coronaria se obstruye y produce un infarto a nivel
cardíaco.
En las hemorragias, en cambio, hay una ruptura arterial y se produce la extravasación de
sangre que sale desde el vaso hacia el tejido cerebral (hematoma intracerebral) o hacia las
cubiertas del cerebro (hemorragia subaracnoidea).
Puede ocurrir que esta alteración neurológica dure sólo unos minutos y, en ese caso, se trata
de un “Accidente Isquémico Transitorio”, cuyo correcto reconocimiento por parte del
paciente y certificación diagnóstica por parte del médico son de suma importancia para
prevenir la instalación de una discapacidad en forma definitiva, que ocurre frecuentemente
en un ACV. Estos eventos transitorios son verdaderas “señales de alarma” que nos obligan
a actuar con suma rapidez.
¿Cuáles son los síntomas de un ACV?
Si bien las posibilidades son varias, es característico que su inicio sea brusco.
Dentro de las distintas opciones, un ACV puede manifestarse como:
la aparición de pérdida de fuerza, generalmente en una mitad del cuerpo
el adormecimiento en una mitad del cuerpo
la pérdida de la capacidad para hablar, para comprender o ambas
la alteración de los campos visuales, de la agudeza visual o la visión doble
inestabilidad para caminar
incoordinación con los miembros
cefalea inusual y muy intensa con o sin síntomas agregados
Es importante recordar que todos estos síntomas aparecen en forme aguda o REPENTINA
¿EL ACV tiene tratamiento?
EL ACV tiene tratamiento y debe ser iniciado lo más rápido posible desde que comienzan
los síntomas.
Es muy importante que se registre la hora en que comienzan los síntomas.
¡El ACV es prevenible y tratable!
Los avances en el diagnóstico, manejo y tratamiento del ACV han aumentado la posibilidad
de recuperación de los pacientes.
En la prevención del ACV, es central que hagamos regularmente un chequeo
cardiovascular, que incluya un electrocardiograma y un eco doppler cadíaco y de la las
carótidas que son arterias que llevan sangre hacia el cerebro.
Dentro de los pilares de la prevención del ACV se encuentran: el control de la presión
arterial, el chequeo de la glucemia y el manejo adecuado de la diabetes si la hubiera y el
abandono del tabaquismo; estos son los principales factores de riesgo para el desarrollo de
un ACV.
AL RECONOCER ALGUNO DE LOS SÍNTOMAS Y SIGNOS MENCIONADOS, ES
FUNDAMENTAL QUE EL PACIENTE CONCURRA EN FORMA URGENTE A UN
CENTRO DE SALUD PARA SU CORRECTO DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO YA
QUE ES MUY CORTO EL TIEMPO EN EL CUAL SE PUEDE REALIZAR UN
TRATAMIENTO EFECTIVO.
ES NECESARIO QUE LA GENTE RECONOZCA ESTA ENFERMEDAD COMO UNA
URGENCIA MÉDICA.