Notas Médicas
Adherencia al tratamiento
Un tema fundamental del que no se habla mucho.


Para que entendamos de qué hablamos, adherencia al tratamiento médico es el grado de cumplimiento del paciente a una indicación o recomendación dada por el profesional. Parece algo simple o menor, pero en realidad es tan importante que determina la evolución clínica y el pronóstico del paciente.

A muchos nos ha pasado que, cuando el médico nos indica un tratamiento, por ejemplo, "tome el antibiótico cada 8 horas por 7 días", nos cuesta ser precisos en el cumplimiento y muchas veces nos olvidamos una toma, o le cambiamos el horario, o pasa algo que hace que interrumpamos el tratamiento antes de tiempo, o que no sepamos si tomamos el medicamento o no. Y esto ocurre en tratamientos de pocos días y aun así nos cuesta cumplir con la indicación médica. Imaginemos lo que ocurre cuando el tratamiento es por un largo tiempo, como puede ser en patologías crónicas como la hipertensión arterial o la diabetes o luego de haber tenido un infarto de miocardio, que genera la necesidad imperiosa de sostener tratamientos farmacológicos en forma indefinida.

La adherencia al tratamiento es tan importante que puede afectar la sobrevida del paciente. Esto ocurre porque los esquemas de tratamiento se han diseñado para obtener el mejor resultado posible en cada patología. El modificar dosis, intervalo de tiempo, duración del tratamiento o cualquier otra variable de la indicación, se asocia a peor evolución del paciente.

¿Qué comprende la adherencia?

La adherencia no sólo incluye la toma de los medicamentos de manera adecuada; también comprende la frecuencia a la que corresponde asistir a controles médicos, el cumplimiento de una dieta saludable, el evitar hábitos asociados a mayor riesgo de enfermar como fumar o el cumplir con ciertos niveles de actividad física. Este conjunto de elementos más allá de la toma de los medicamentos también son parte central de la adherencia a recomendaciones saludables que tienen un impacto poderosísimo probado científicamente.

La adherencia incluye dos conceptos: el grado de cumplimiento y la persistencia del mismo en el tiempo. Cumplimiento se refiere al grado en el que el paciente acata lo indicado por el médico, y persistencia se refiere al tiempo en el que continúa el tratamiento. Ambas variables son centrales en el concepto de adherencia.

Un informe de la OMS alertó sobre el bajo índice de adherencia al tratamiento, que es del 50% en los países desarrollados y que desciende mucho más en los de ingresos medios o bajos como la Argentina. El porcentaje de adherencia varía también significativamente según la patología. Según un estudio que se realizó en el año 2014 por el Observatorio de la Adherencia al Tratamiento en España, esos índices descendían desde un 80% en los pacientes con HIV y 70% en cáncer, al 52% de las personas con hipertensión arterial, 41% en quienes tienen EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y 28% en aquellos con depresión.

Consecuencias de la baja adherencia

Cuando el paciente no cumple con el tratamiento compromete la efectividad y disminuye su calidad de vida. Esto puede derivar en recaídas, prescripción de otros fármacos, incremento de internaciones, ausentismo laboral e incremento de los costos para todo el sistema de salud, lo que supone un gran desafío para el país y las coberturas de salud. Pero lo más importante, el costo en calidad de vida y aumento de la mortalidad.

Los médicos sabemos, cada vez que prescribimos en nuestra práctica diaria una medicación para el colesterol o la hipertensión arterial, que alrededor del 50% de los pacientes no la tomarán como se debe e inclusive algunos no la tomarán nunca. El hecho de que las enfermedades no transmisibles como la hipertensión arterial, diabetes o dislipemia (colesterol y/o triglicéridos elevados) sean asintomáticas, facilita que los pacientes se sientan habilitados a suspender los tratamientos o manejarlos como les parezca, e inclusive, como les recomiendan conocidos sin formación médica. Otra fuente que complica la adherencia óptima al tratamiento médico, es la posibilidad de obtener información en internet o redes sociales, donde es complicado dirimir la seriedad de los datos y las fuentes.

En las diferentes patologías, los esquemas terapéuticos se han diseñado luego de realizar largos y costosos protocolos de investigación clínica para obtener el mejor resultado posible, y por eso es importante respetar la prescripción indicada por el médico, quien además debe ser capaz de elegir y adaptar las indicaciones para cada paciente en particular.

¿Cómo mejorar la adherencia?

Si bien el paciente es quien debe sostener la adherencia, no es el único responsable, y de hecho, en algunos países se han diseñado planes integrales para mejorar el índice de adherencia. El primer paso es aumentar el conocimiento del paciente sobre la enfermedad, sus complicaciones y las consecuencias del no cumplimiento del tratamiento. Es mucho más probable que una persona siga el plan terapéutico si se siente implicado en él y tiene claro lo que pasará si no lo cumple. La capacidad de los pacientes de seguir un plan de tratamiento de manera óptima, con frecuencia se ve comprometida con diferentes obstáculos, que pueden incluir desde factores económicos y sociales, el nivel de educación y la influencia que tiene su entorno sobre el mismo, dificultad de acceso al sistema de salud, con las propias características de la enfermedad o de la terapia para tratarla, y otros relacionados directamente con el paciente. Los aspectos culturales personales son fundamentales. Observamos a diario en el consultorio pensamientos “mágicos” por parte de los pacientes como que al no pensar en la patología la misma “desaparecerá”, o prueban recetas ancestrales recomendadas por un vecino para “curar” la dolencia. Sin dudas, si alguna receta resultara eficaz, la incorporaríamos inmediatamente y hay miles de personas trabajando en estos temas a diario como para que se nos escape algo “milagroso” que esté dando vueltas y realmente funcione. Es muy frecuente en la consulta que los pacientes se centren en los potenciales efectos adversos de los medicamentos, olvidándose de la enfermedad que se está tratando y el beneficio que tomar ese medicamento le aportará en términos de reducción de su riesgo de morir. Hay pacientes que le dan más importancia al 1% de posibilidad de causar dolores musculares de un medicamento (reversible y no grave) que al 30 o 50% de reducción en su riesgo de morirse al tomarlo, como ocurre con los medicamentos reductores del colesterol.

Entendiendo que simplificar los tratamientos facilita la adherencia por parte de los pacientes, la industria farmacéutica se está centrando cada vez más en el desarrollo de nuevos medicamentos de toma más simple para los pacientes, con un comprimido diario en lugar de más de uno, o aplicación semanal o mensual. Lo ideal para facilitar el cumplimiento incluye el empleo de varios medicamentos en un solo comprimido en lugar de ingerir muchos comprimidos por día.

Otras herramientas son la incorporación de la familia para mejorar las tasas de adherencia al tratamiento, el empleo de pastilleros con las dosis diarias para facilitar el control, el uso de sistemas de ayuda de la memoria para recordar los horarios (alarmas, aplicaciones de celular) y la elección del horario de toma en un momento fijo (al despertarme, con una comida, o antes de ir a dormir). Armar una rutina facilita mucho la adherencia al tratamiento.

En resumen, apegarnos al cumplimiento de una indicación médica es central para el logro de metas y objetivos y todo el esfuerzo vinculado a esto suma mucho a la hora de mantenernos saludables.

 

 

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DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES.